sábado, 23 de marzo de 2013

II Taller de yoga para niños

Hoy nos hemos reencontrado en Abhyasa para continuar con los talleres de yoga para niños que iniciamos el mes pasado. El grupo ha crecido, muchos niños han traído a sus amigos para compartir con ellos esta experiencia.


Al llegar, se han apresurado en elegir en qué esterilla querían sentarse y, los más veteranos, no han tardado en preguntar por Asani. Cuando todo estaba listo para empezar, Asani ha hecho su aparición, lo hemos saludado con un "Namasté" y nos ha mostrado como practica el saludo al sol. Después nos hemos animado a practicarlo todos juntos.

Asani haciendo el saludo al sol

Practicando el saludo al sol juntos

Al acabar los saludos al sol hemos hecho un "sorteo de asanas". Al escuchar que íbamos a hacer "un sorteo" todos se han emocionado y deseaban que llegara su turno de salir para abrir su bote y ver qué les había tocado. Dentro de los botes, les esperaba un dibujo de un asana, una postura diferente para cada uno, que se han llevado a casa de recuerdo. Pero antes, han enseñado el dibujo a los demás y, con ayuda y algunas indicaciones, la han mostrado a sus compañeros que, a su vez, han imitado todos los pasos hasta construir ellos también la postura.

Eligiendo un bote sorpresa

Una postura diferente para cada uno

  Marta mostrándonos la postura que le ha tocado, la barca

El pranayama, término sánscrito, que suele utilizarse para referirse a técnicas respiratorias, puede introducirse también a los niños, siempre a través del juego y de manera divertida. Al aprender a sentir y controlar su respiración, los niños pueden ser más conscientes de su proceso respiratorio. Tener control sobre la propia respiración es tener también control sobre las propias emociones y eso supone una herramienta muy útil para los niños, sobretodo si se les anima a expresarse y se les ayuda a poner palabras a como se sienten.

El pranayama que hemos practicado es Bhramari pranayama, el pranayama del abejorro, aunque en este caso, y adaptado a la versión infantil, nos hemos referido a él como "la respiración de la abeja". Primero  hemos aprendido la técnica y después hemos jugado al juego de las flores y las abejas, representando todos cada uno de los roles. Ha sido muy divertido.

La respiración de la abeja

En el juego, les ha llamado la atención la vibración que sentían en la cabeza al practicar "la respiración de la abeja", así que hemos acabado la sesión con una relajación tumbados con las cabezas en contacto sintiendo la vibración del cuenco tibetano.

Relajación con el cuenco

Hasta aquí nuestro segundo taller de yoga infantil, nos vemos el mes que viene en el III taller de yoga para niños.

El banquito de la entrada lleno de pequeños zapatos